Por: Yeimi Esperanza López López.
En estos tiempos difíciles para todas y todos a causa del Coronavirus se puede escuchar continuamente la recomendación de lavarse las manos constantemente, además de la indicación de quedarse en casa.
Ante esta situación en las siguientes líneas expreso cuatro situaciones distintas en diversos puntos de México en los cuales tener acceso al agua es complicado, no sólo ahora, sino desde hace tiempo.
El Valle de México
Pesé a ser un derecho humano contar con agua potable, en México hay millones de personas que no cuentan con ella, ejemplo de ello es la población de Iztapalapa que por décadas ha denunciado que el agua que llega a sus hogares lo hace con irregularidad y es de baja calidad.
Por otra parte se encuentran los habitantes del oriente del Estado de México, en donde hay colonias donde la red de agua potable aún no llega y se debe esperar a que las pipas que suministran el agua lleguen una o dos veces por semana, diariamente si se tiene suerte en los municipios de Chimalhuacán, Los Reyes, Chalco, Valle de Chalco o Ecatepec, sólo por mencionar algunos.
El costo de la pipa para llenar una cisterna es de aproximadamente $280, llenar un tambo $15 y un tinaco de 550 litros puede costar hasta $75 pesos, contar con agua implica tener los ingresos necesarios para poder abastecerse del líquido vital.
Cabe mencionar que gran parte de la población que vive en los lugares mencionados es población indígena inmigrante, son ellas y ellos quienes dicen “no puedo parar, si paro de qué vamos a comer si apenas vamos al día” o bien “con qué vamos a comprar el agua si no tenemos dinero, hay que ir a trabajar”.
Entonces para ellas y ellos la consigna de quedarse en casa y lavarse las manos no es tan fácil de poner en práctica, con qué agua se lavaran las manos si para poder acceder a ella no basta con abrir una llave, sino que primero deben salir a ganar unos pesos para poder comprar el agua a las pipas.
Así, diariamente salen a las calles empleadas domésticas, vendedoras y vendedores ambulantes o comerciantes establecidos, albañiles, quienes por cierto la más de las veces en sus empleos no cuentan con seguridad social.
Ayutla mixe
Hace ya dos años tuve la oportunidad de conocer de cerca la problemática que vive el pueblo de Ayutla en el estado de Oaxaca, para cuando esto se escribe lamentablemente las y los habitantes de este pueblo ayuujk ya habrán pasado un día más sin agua.
El conflicto en el que se ve envuelta esta comunidad forma parte de una larga lista de conflictos agrarios en Oaxaca, sin embargo, en éste destaca la crueldad de dejar a una comunidad entera sin agua.
Sin agua para las actividades diarias, sin agua para hacer frente a los incendios en la época de estiaje, destruyendo para ello su red de agua potable, la cual fue fruto del esfuerzo y trabajo colectivo.
En otras palabras, el conflicto con su comunidad vecina los deja sin agua para la vida, para continuar con la reproducción social, de su lengua su cultura y sus fiestas y ahora sin agua para poder hacer frente a una enfermedad cuyas medidas preventivas requieren lavarse continuamente las manos.
Todo esto ante la mirada cómplice del gobierno estatal, que no ha respondido a las demandas de justicia y agua para Ayutla, ante esto ha sido la respuesta comunitaria la que ha salido a flote.

Sonora
En este escenario del norte del país, se viven dos situaciones distintas que merecen ser mencionadas en este breve ejemplo de las dificultades de los pueblos originarios por tener acceso al agua.
Comca´ac
El territorio de Sonora se encuentra habitado por los Comca´ac, hace ya dos años tuve la oportunidad de conocer sus experiencias, luchas y retos como pueblo del desierto.
Caminar por las calles de Punta Chueca durante el medio día resulta lastimoso, el calor que hace es insoportable, cuando se voltea la mirada para apreciar al paisaje se pueden observar dos cosas, el mar y la arena del desierto con su característica vegetación.
En ese territorio cada gota de agua es valiosa, se recrean diversas estrategias para aprovechar al máximo el vital líquido, el cual a pesar de las demandas realizadas por el pueblo Comca´ac escasea sin que haya una respuesta real por parte del gobierno estatal. Sin embargo, este pueblo no se rinde, sigue adelante en su organización y lucha.

Punta Chueca, Sonora.
Migrantes y jornaleros agrícolas
A trabajar a los campos agrícolas de Sonora llegan migrantes de distintos puntos del país, en el poblado Miguel Alemán se puede encontrar población de origen mixteco, proveniente de los estados de Oaxaca y Guerrero, así como triquis.
Llegan a un lugar ajeno con la esperanza de trabajar y salir adelante, sin embargo, las condiciones no son las óptimas, los servicios básicos faltan, entre ellos el agua potable.
Ante ello, han creado diversas estrategias para hacerse escuchar, se han organizado para hacer frente al reto que les significa radicar en tierra ajena y al mismo tiempo para que sus condiciones laborales y de vida sean mejores.

Sonora, panorama.
A manera de cierre
Los aquí presentados son apenas un breve recorrido de pueblos que carecen de agua, los cuales han buscado diversas formas de organizarse para poder contar con el vital líquido.
Son pueblos que dentro y fuera de su lugar de origen tienen sed, sed de justicia, exigen contar con infraestructura que les lleve agua potable a sus casas, sobre todo en estos tiempos que se hace tan necesaria para cuidar la salud, para seguir teniendo vida.
Mención aparte merecen los pueblos y comunidades que actualmente se encuentran luchando por rescatar sus ríos contaminados por la minería o aquellos que sostienen verdaderas batallas para no ser despojados de su agua a manos de empresas trasnacionales.
Yeimi Esperanza López López es historiadora y socióloga Ñuu savi, Maestra y Doctorante en Desarrollo Rural por la UAM Xochimilco, líneas de trabajo e investigación: migración, identidad étnica, territorio, derechos de los pueblos indígenas en contextos migratorios. Correo electrónico: yeimisavi@gmail.com
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