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¿Relleno sanitario de Jacona?

Por: J. Luis Seefoó Luján.



Fotografía: El Independiente.


Si no es un tiradero no clandestino, ¿qué es?

No, seguro que lo visto en Jacona, Michoacán, a los últimos tres días (miércoles 12 a viernes 14 de agosto de 2020) no es el famoso relleno sanitario de veinte millones. Basados en ese caso sería incorrecto comentar que Adriana Campos Huirache, alcaldesa (PRI) y su gobierno están aplicando mal los recursos públicos. Mas eso no les exime de responsabilidad gubernamental y privada por el manejo de grandes volúmenes de desechos a cielo abierto.

La excavación, con maquinaria, de una fosa de veinte metros -a ojo de albañil- por lado, para arrojar restos de frutas, cubetas blancas y plásticos azules provenientes de empacadoras, es un tiradero que está a punto de saturarse y del cual fluyen líquidos del material en descomposición (lixiviados). Manuel Torres Puga, ingeniero civil, estima en 40 metros -por lo menos- por lado de ese espacio irregular.

La excavación, con maquinaria, de una fosa de veinte metros -a ojo de albañil- por lado, para arrojar restos de frutas, cubetas blancas y plásticos azules provenientes de empacadoras, es un tiradero que está a punto de saturarse y del cual fluyen líquidos del material en descomposición (lixiviados).

El tiradero cuenta con una especie de caseta de lámina (un cuarto destartalado), restos amontonados de tubería de pvc, una cerca de alambre de púas y una corriente de agua pestilente que se esparce a lo lejos siguiendo la pendiente y que daña la vegetación silvestre. Muy cerca del tiradero funciona un rancho de ordeña cuyos olores se mezclan con otros aromas procedentes del gran tiradero municipal de Jacona.

Ninguna razón social del municipio de Jacona tiene colocada, pero los rondines de la policía más los individuos “mal encachados” vestido de civil y la presencia de vehículos y personal del sistema de agua potable (SAPAJ) sugieren que es un tiradero del municipio o un negocio que hace la autoridad asociada con particular que “renta” ese espacio como basurero.

No es aventurado afirmar que otros tiraderos “clandestinos” funcionan en el entorno bajo cuidado oficial.


Motivos de los nuevos colonos

Desde la primera semana de agosto el malestar era latente entre los colonos (Fracc. Las Lajas) que adquirieron lotes próximos al sitio porque no los recibían las autoridades de Jacona y no existía información alguna sobre el futuro del basurero. El enfado creció por la ausencia de los regidores de salud y medio ambiente que por alguna razón no se presentaron en el tiradero los días miércoles 12 y jueves 13 de agosto.

Los colonos preguntan: 1) ¿por qué, si el gobierno está tan preocupado por la salud, hace estos tiraderos?; 2) ¿por qué miente al repetir que ya se solucionó el problema del mango?, 3) ¿por qué no acude alguna autoridad a dialogar en lugar de enviar a tantos policías para intimidar? Y, 4) ¿de veras les apura el cuidado del medio ambiente?

La respuesta del gobierno aumenta la dudas: exceso de fuerza policial para intimidar la protesta de los colonos; acción directa del Sistema de Agua Potable y Alcantarillado (SAPAJ) para bombear lixiviados del tiradero hacia los campos vecinos; presencia policiaca para inhibir las observaciones directas de la prensa y de activistas de medio ambiente; y, silencio de los regidores y de las direcciones de partidos políticos en el municipio. Aún cuando los colonos no viven en el sitio al que acuden a medir o plantar un arbolito, el silencio gubernamental aumenta la sospecha que se trata de un negocio oficial que resuelve un problema a las empacadoras en perjuicio de la salud y del medio ambiente.

...el silencio gubernamental aumenta la sospecha que se trata de un negocio oficial que resuelve un problema a las empacadoras en perjuicio de la salud y del medio ambiente.

Urbanización y basura: dos caras de un mismo problema

Todos los lomeríos cercanos al Cerro de la Arena y a Los Cuates están siendo lotificados para ser habitados algún día. No parece que alguna autoridad planifique u oriente la urbanización.

Con toda seguridad son “lotes de engorda”, inversiones de los grupos sociales más diversos que ante la incertidumbre económica colocan sus “pesos sobrantes” en bienes raíces porque saben que pactar un depósito a plazo en los bancos es perder el dinero en pocos meses e invertir en la industria, agricultura o comercio es todo un riesgo. La gente compra -donde puede- esperando que su lote aumente de valor o, al menos, no pierda.

Los humanos somos algo “marranos” -no todos iguales, unos más puercos que otros- y una forma de resolver el presente problema de los residuos es arrojarlos a otro lugar. Lo más práctico es hallar gente más pobre, sin capacidad de gestión o cualquier grupo humano que se le pueda reprimir, para ahí colocar basureros, plantas de tratamiento de aguas residuales, rastros, etc. La opción de establecer basureros en las “orillas” es cada vez más limitada porque esa acción pronto lastima los intereses de los vecinos que no están tan lejos.

Lo más practico es hallar gente más pobre, sin capacidad de gestión o cualquier grupo humano que se le pueda reprimir, para ahí colocar basureros, plantas de tratamiento de aguas residuales, rastros, etc.

Por decirlo de un modo suave, las molestias de las empacadoras (tiradero de basura, fugas de sustancias químicas, saturación vial por carga-descarga de vehículos pesados) crecen conforme la nariz y oídos de los vecinos son más sensibles. Mientras la gente “aguanta” (por su pobreza, necesidad de trabajo), no pasa nada, pero el umbral del enfado se rompe y las personas ya no están dispuestas a cargar con las externalidades negativas de las empresas privadas ni públicas.


Ahora sí …!

Los basureros van cambiando de sitio y cada nuevo alcalde promete que “¡ahora sí! se resolverá el problema. Las laderas próximas a Zamora, Jacona y Tangancícuaro están marcadas por tiraderos semi enterrados. Uno de los más nuevos, trepado en La Beata, derramará sus caldos pestilentes por la ladera. Esta es una obra del gobierno panista actual de Tangancícuaro.

Si uno hojea los periódicos de otras épocas, casi en cada año, puede leer oraciones similares a estas: “Semarnat aprobó el proyecto de construcción de celdas de disposición final de residuos con una aportación de seis y medio millones de pesos (Independiente, 5-04-2016). Durante 2018 y 2019 con la proliferación de la mosca parecía que era imperioso evitar los tiraderos que ensuciaban diversas localidades de toda la región y que ponían en peligro al agro por las larvas de mosca.

En 2019, la prensa con rostros del Dr. J. Carlos Lugo Godínez, alcalde de Zamora (PRI) y Silvano Aureoles Conejo, gobernador de Michoacán (PRD) decía: la mesa de seguridad ambiental apoyará la solución definitiva de los residuos … con los restos de mango se procesará pectina. El 20 de junio de 2019 escuchamos (otra vez) la frase de Adriana Campos Huirache, presidenta municipal de Jacona: “No se tolerarán los tiraderos clandestinos”.

Y de nuevo en 2020 se anunció la construcción de celdas para la disposición final de residuos sólidos con el aporte federal de $18,564,206.27 y un millón del municipio de Jacona.


¿Qué hacer?

No digo que sea sencillo llegar a acuerdos con los trabajadores de aseo y limpia -principales opositores a una política de separación-, tampoco es “enchílame otra” la labor de educación, el convencimiento de no mezclar, desde los hogares y, es todo un reto persuadir y/o sancionar a las empresas que generan y tiran enormes cantidades de desechos (huesos y cáscara de mango; cáscara de piña) o que, calladitas lanzan residuos de fresa a los drenajes.

Las empacadoras han establecido “maquiladoras” por sí o a través de intermediarias. Este es un excelente mecanismo -lava manos- que funciona gracias a la necesidad de hallar empleo en algo y a la omisión gubernamental.

Las empacadoras han establecido "maquiladoras" por sí o a través de intermediarias. Éste es un excelente mecanismo -lava manos- que funciona gracias a la necesidad de hallar empleo en algo y a la omisión gubernamental.

En cualquier colonia -de las orillas- hay “descachetadoras” de mango, de piña o despatadoras de fresa que resuelven algunos costos a las grandes firmas: absorber gastos de electricidad, acopio y destino de desechos, evadir impuestos, contratar personas en formas más precarias (a cualquier hora, sin prestación alguna). Son maneras flexibles en que las empresas incumplen sus propias reglas de inocuidad.

Señora Adriana:

Los colonos no “le piden la luna”; sólo escúchelos y prometa lo que sí puede cumplir. El problema de la basura implica cambios en las políticas de las empresas que no por generar empleo adquieren el derecho defecar en cualquier lugar. Obliga, también, a transformaciones civilizatorias profundas en cada uno de nosotros.


Zamora, Michoacán, agosto 14 de 2020

jlseefoo@hotmail.com

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